CARTA
TRIGESIMONONA o DEL DÍA DEL LIBRO
Jueves,
23 de Abril.
Hoy
es día del libro. Sin visita a librerías, sin ferias, sin casetas y
sin autores firmando, pero hoy es día del libro.
Voy a celebrando siendo breve para que puedas leer un libro.
Voy
a recomendar sólo dos libros.
-
Los asquerosos, del portugalujo Santiago Lorenzo.
Divertidísima sátira o crítica que tiene mucho que ver con varios
de los temas que hemos tratado estos días, con aislarse y
esconderse, con alejarse del mundo, con el consumismo y la
austeridad, con las relaciones personales, con la naturaleza, y con
la memoria y el olvido.
-
Y cualquier libro de poemas del donostiarra Karmelo C. Iribarren. Y
para no tener que elegir puedes hacerte con su poesía completa
(hasta el 2015) editada por Renacimiento en una edición preciosa
titulada Seguro que esta historia te suena. Poesía
completa (1985 - 2015). Sé que hay otra edición en Visor
titulada igualmente Poesía Completa (1993 - 2018). Sus poemas son
otoñales, aparentemente tristones, de café, gabardina, paraguas,
farolas, charcos y camareros, de arrugas ante el espejo y canas en el
lavabo, de abandonos y traiciones del tiempo, de desengaño y actitud
escéptica, pero, como en el olmo de Machado, de pronto sale de cada
calle oscura, de cada rincón sucio de café, de cada persiana
echada, de cada mirada cansada, de cada pasillo largo de casa vieja,
un brote verde de esperanza y de vida. No es una poesía esperanzada,
supongo que a él le horrorizaría que la calificara así, pero me parece que da una modesta luz que necesitamos y que tiene
un humor descreído, implacable y tímido, que puede hacer buena
compañía estos días. Especialmente a los lobos -y las lobas,
obviamente- más solitarios y a los corazones más escondidos.
Empecé
este ejercicio de escribir una carta diaria pensando que el
confinamiento no duraría tanto. Ya son casi 40 días, una cuarentena
literal. Y me estoy dando cuenta que esta tarea me ocupa demasiado
tiempo. Tampoco estoy seguro de que, más allá de los amigos a los
que de todas formas seguiré molestando con mis cosas de
cualquier otra forma, haya mucha gente que las siga o las vaya a
echar de menos si dejo de escribirlas. Lo cual es muy lógico y
perfectamente entendible, claro está.
Quizá
sea este día del libro buen momento para tomar la decisión de
dedicar más tiempo, en lo que me quede de confinamiento a otras
cosas, por ejemplo, mi trabajo, mi familia y... leer más y mejor.
Quizá
el día del libro sea buen momento para poner punto final a estas
cartas. Son casi 60.000 palabras, es decir, la extensión de un
ensayo medio, así que podríamos imaginar que las 39 cartas son un
conjunto que constituyen, hoy que es el día del libro me lo vas a
permitir, algo parecido a un libro. Así que en lugar de soñar, como
un día del libro normal, en empezar a escribir un libro, hoy sueño
con haberlo terminado.
Me
asalta la tentación un poco pueril de alargar el ejercicio, de
llegar a las cuarenta cartas, de completar la cuarentena, de dar
sensación así de plan bien pensado y de programa cumplido. Pero ni
ha habido plan ni ha habido éxito. 40 sería el número del orden
respetado y completado; 39 el número que está entre la libertad y
el caos, entre la rebeldía y el fracaso. Que quede así.
Kaixo, Mikel!
ResponderEliminar¡Anímate que tu blog bien se lo merece, además tú eres muy activo y prolífico! Por mí y a pesar de ser un vago redomado me causarías un pequeño trauma con la dejadez de esta cuarentena. Un abrazo. P.D.: Te recomendaría instalar Spotify para escuchar música...
¡Gracias, Manuel, por tus ánimos!
ResponderEliminarGracias Mikel por tus 39 cartas que han sido mis 39 momentos de disfrutar, reflexionar, aprender, sonreír...
ResponderEliminarEskerrik asko zuri!
ResponderEliminarA muchos nos quedan muchas cartas para disfrutar aún. Mil gracias por este inmenso trabajo de compartir ideas y pensamientos.
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