CARTA EXCLAUSTRADA VIGESIMOSÉPTIMA o SOBRE DATOS Y DECISIONES
Sábado, 11 de Abril.
Hace
unos años, en el 2007, cuando trabajaba en UNESCO Etxea, tradujimos
y editamos en español un obra muy breve titulada El poder de las
ideas. Una historia intelectual de las Naciones Unidas. Sus
autores son tres profesores, Richard Jolly, Louis Emmerij, Thomas G.
Weiss, que habían coordinado un trabajo mucho más amplio, de años
y volúmenes varios, sobre la historia intelectual de las Naciones
Unidas. El librito que os comento es como un resumen o una
presentación de lo que aprendieron dirigiendo la investigación.
En
el libro se explican algunos de los debates intelectuales y de las
luchas diplomáticas que a la largo de la historia han construido la
ONU, sus discursos y sus conceptos. Algunos de esos conceptos o ideas
nos pueden parece evidentes, pero como toda ideas tienen también su
historia, su desarrollo, y que podría haber evolucionado de forma
diferente. El libro ayuda a descubrir y comprender la evolución de
las ideas que hay detrás de los derechos humanos o del desarrollo
humano -y de cómo lo medimos- o de la descolonización, por ejemplo.
Lamentablemente
no tengo ese libro en casa, creo que está en el despacho de la
universidad, de modo que no puede consultarlo, añadir citas y
comentarte más cosas que las que mi memoria quiere recordar.
Recuerdo que escribí un prólogo amplio, pero no lo tengo aquí, así
que te libras de una autocita.
Lo
que sí recuerdo bien es que, entre tanta aportación transcendental
de la ONU, en su día me llamó mucho la atención que los autores
quisieran destacar algo que a mí me pareció menor pero para ellos
no lo eran: los servicios de estadística y medición de la ONU. No
dudaba yo por aquel tiempo de que las estadísticas y los datos
fueran importantes, pero al verlos como instrumentales, me parecía
un servicios menor de la ONU, frente a los avances en descolonización
o no discriminación racial, por ejemplo, que son tangibles y cambian
la vida de millones. Creo recordar que el libro mencionaba la labor
de cuantificación y estadísticas como uno de los grandes aportes de
la ONU, como un servicio esencial.
Me
acuerdo ahora de todo eso, porque de alguna forma quisiera, con 13
años de retraso, darles la razón a Jolly, Emmerij y Weiss. Estas
semanas me he acordado mucho de aquello.
Estos
días estamos discutiendo sobre los datos de fallecimientos por
coronavirus en residencias de personas mayores en España, ¿son
fiables?, ¿son totales?, ¿son equiparables entre Comunidades
Autónomas o diversos servicios? Estos días comprobamos que, si no
tenemos datos o información fiable, no podemos reaccionar con
acierto, no sabemos qué debemos hacer o si lo que hacemos funciona o
no.
Si
ampliamos el radio la cosa se ve más y más clara. Dentro de la
misma Unión Europea somos incapaces de saber si los datos de
Alemania son comparables con los de Francia o los de Italia. Parece
que su forma de contabilizar contagiados e ingresados, afectados y
fallecidos, es tan distintos que no permite comparaciones útiles y
por tanto nos limita la capacidad de aprender unos de otros. No
estamos muy seguros de que tal política funcione realmente tan bien
o tan mal como parece, puesto que los datos no permiten comparaciones
claras. Y esto sucede dentro de la misma Unión Europa, es decir en
el marco de una cultura institucional similar y en los países con
más medios y mayor transparencia y libertad de prensa del mundo. Aún
así no somo capaces de tener datos y estadísticas fiables tan
rápido como necesitamos para aprender y saber qué necesitamos
hacer. Nos centramos estos días en criticar el papel de la Unión
Europea por sus dificultades en encontrar fórmulas financieras
comunes. Me pregunto si la coordinación en los datos, la información
y las políticas no debería ser previa y tal vez incluso más
importante.
Ampliemos
el radio. ¿Cuándo podremos tener datos que nos informen realmente
de lo que pasa en Rusia o en Irán? Entre ambos países hay otro,
Turkmenistán, que ha encontrado un mejor método para tener datos
favorables: la versión oficial es que no hay coronavirus y está
prohibido siquiera sugerirlo contrario. Así que cero casos.
Sospechamos que el método de Corea del Norte es el mismo. ¿Nos
imaginamos lo que tiene que ser trabajar a nivel global con estos
no-datos? De ahí la importancia de la estadísticas y las
cuantificaciones en la ONU.
En
América Latina hay mayores libertades, pero también sistemas
sanitarios, sociales y estadísticos muy variados, de modo que los
resultados pueden ser aún más incomparables que en el caso europeo.
¿Cómo comparar países vecinos como Colombia, Venezuela o Brasil?
En
África el problema de tener los datos puede ser muy superior.
Todo
esto no es un problema menor de índole informativo o político.
Tener datos rápidos y fiables es el instrumento más importante para
poder reaccionar en el momento adecuado, para tomar medidas, para ir
comprobando si funcionan o no. Si no hay datos fiables no puede haber
políticas eficaces o inteligentes, solo palos de ciego, sólo
intentos más o menos voluntariosos, más o menos intuitivos, más o
menos estúpidos.
De
pronto descubro hasta qué punto Jolly, Emmerij y Weiss tenían
razón. En el mundo contemporáneo la información es la base de las
decisiones inteligentes, disponer de estadísticas fiables en el
primer paso para saber qué nos pasa, porqué sucede e identificar
las políticas que adoptar.
Hoy,
en la lucha contra el coronavirus, la vacuna es muy importante. Las
mascarillas y los respiradores son muy importantes. Pero la
información, los datos y las estadísticas, fiables y a disposición
de la ONU, de la sociedad civil, de los investigadores y de los
responsables públicos también lo son.
La
labor de estadística de la ONU y sus datos razonablemente
comparables entre distintos países y regiones, puede llegar a ser
tan relevante o más que la ayuda material directa.
Lo
reconozco: a veces necesito 13 años para aprender. Espero que tú
seas más listo y más rápido: El poder de las ideas. Una
historia intelectual de las Naciones Unidas, de Richard Jolly,
Louis Emmerij, Thomas G. Weiss.
Un libro muy bueno y con una introducción muy intetesante, en ediciones Catarata.
ResponderEliminarA propósito he oido por radio Euskadi que un txistulari cada día toca una pieza distinta y la hace publica por las redes...ya ha tocado 27 piezas diferentes....
Eskerrik asko bioi.
Gracias, querido amigo desconocido por tu amable respuesta.
EliminarMe quedo con la idea de considerar mis cartas exclaustradas como salir a la terraza con el txistu y tocar cada día una pieza distinta. Me gusta el símil y me quedo con él para, con tu permiso, desarrollarlo en otra carta.
Besarkada handi bat eta animo!
Mikel
Así es, estimado Mikel, muchas gracias por recordarlo.
ResponderEliminarNo se es consciente de la importancia y la riqueza documental que aporta la estadística hasta que no nos afecta directamente. En los proyectos que elaboramos a menudo se detecta el déficit en banco de datos que tenemos sobre los Territorios en determinadas áreas. Es complicado generar actuaciones de mejora o seguimiento si no se dispone de datos objetivos reales que permitan establecer tendencias y/o evoluciones fiables. Como todo, requiere ser considerado como prioridad para poder obtener recursos. Este post seguro que ayuda.
Muchas gracias por tus artículos, son de gran valor todos y cada uno de ellos.
Gracias por tu comentarios, estimado amigo anónimo.
EliminarSe ve, por lo que dices, que sabes de lo que hablas, así que te agradezco doblemente tu amable comentario sobre estas cartas. Fuerte abrazo y mucho ánimo!