#MirarHaciaOtroLado |
En el país de
la no libertad
Quienes han tenido
la suerte de visitarlo dicen que Tailandia es un país bellísimo.
Playas, templos, paisajes, culturas, gastronomía y otros atractivos
hacen de este país el que más turistas atrae de todo el sudeste
asiático. El turismo sexual, parece atraer también a un número no
despreciable de turistas (el número es el que no me parece
despreciable, aclaro).
Tras estas imágenes
de playas paradisíacas se esconde un país políticamente muy
difícil. Hace tres año un nuevo golpe de estado colocó a una junta
miliar al frente del gobierno. Lo que permanece en el país desde
antes incluso de llamarse Tailandia, cuando aún era Siam, es la
monarquía de los Chakri, que reinan desde mediados del siglo XIX.
Si ustedes fueran
tailandeses se guardarían muy mucho de hacer ningún comentario
sobre el monarca o su familia o sus amigos o, por si acaso, cualquier
cosa que directa o indirectamente tenga que ver con él o lo pueda
parecer. La cárcel podría ser su destino más directo si su
comentario es entendido por el régimen militar como inadecuado.
La figura del delito
de Lèse Majesté (Laesa maiestas o Laesae
maiestatis), es decir, el delito de injurias a la monarquía, es
un clásico de los códigos penales, incluso en algunas de las
democracias más consolidadas. En principio no se puede decir que la
existencia de semejante delito en un código penal, por sí mismo sea
contrario a los derechos humanos o los principios democráticos. El
problema aparece cuando se emplea no para perseguir indebidas
injurias, sino para eliminar la oposición o la libertad de expresión
o cualquier formas de crítica legítima a la monarquía
El caso es que en
Tailandia este delito se interpreta de una forma muy extensiva y la
aplicación de esta norma se convierte en una forma muy dura de
censura y de persecución penal de actividades legítimas de opinión
o de participación en la vida cultural del país.
Hay blogueros detenidos, páginas cerradas, conexiones a Internet limitadas. Hay miembros de grupos de teatro en prisión por preparar obras en las que se hablaba de la monarquía o incluso en las que se trataban historias que podían ser interpretadas como alegorías o referencias, más o menos veladas, a la cuestión. Hay novelistas y ensayistas detenidos. Hay obras de profesores internacionales prohibidas por tratar desde un punto de vista académico la cuestión. Hay libros de reportajes o periodísticos igualmente prohibidos. Hay incluso traductores de ensayos internacionales detenidos por procurar acercar esas obras al lector tailandés en su propio idioma.
Una persona ha sido
condenada la semana pasada a 70 años de prisión por colgar en su
cuenta de Facebook 10 fotos de la familia real con comentarios que
han sido interpretados como difamatorios. El acusado ha conseguido
reducir su sentencia a 35 años previo paso por la humillación de
reconocer públicamente su culpa.
En la última década
son más de 100 casos anuales de este tipo, con condenas que van
desde los 10 a los 30 años. La ONU ha denunciado que estos casos se
juzgan ante tribunales militares sin las debidas garantías de un
proceso justo.
Thai significa en
lengua tailandesa “libre” o “libertad”. De ahí que Tailandia
pueda traducirse como 'país de la gente libre' o
“tierra de la libertad”. Si va a hacer usted alguna broma al
respecto, le aconsejo que la haga antes o después del
viaje, pero mientras
visita el país
de la libertad mejor se autocensura usted un poco. Por
si las moscas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario