miércoles, 31 de mayo de 2017

Diálogo con Uruguay

Hoy el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de la ONU ha comenzado a examinar a Uruguay. Terminaremos el diálogo mañana.

Ha sido una sesión muy interesante. Uruguay es un país con muchas logros en materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC): alfabetización más alta de la región; crecimiento sin olvidar la lucha por la igualdad; uno de los mejores Índices de Desarrollo Humano de la región y el más bajo índice de desigualdad;  menor percepción de corrupción de la zona; excelente ratificación de instrumentos internacionales...

Pero al tiempo ha traído una delegación que ha mostrado una actitud muy abierta para hacer autocrítica, escuchar y estudiar juntos aspectos de mejora  y ámbitos que deben ser corregidos para mejor cumplir con las obligaciones del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC) en beneficio de todos los uruguayos.

A mi me ha tocado ser el relator para este diálogo. De momento he preguntado sobre aspectos relativos a los 5 primeros artículos del PIDESC, en concreto sobre temas relativos a:
- aplicabilidad directa del pacto ante tribunales internos;
- participación del poder judicial y de la sociedad civil en el proceso de informes periódicos;
- sistema de seguimiento de las recomendaciones internacionales;
- límites en el mandato y los medios de la Comisión Honoraria contra la desigualdad;
- desigualdad y discriminación población afrodescendiente;
- pobreza infantil y envejecimiento de la población;
- desequilibrios capital-mundo rural en acceso a derechos;
- acceso de inmigrantes de DESC;
- políticas de retorno y acogida emigrantes nacionales;
- Ley violencia de género; y
- leyes con contenidos misóginos y discriminatorios.

Las preguntas, de momento, están siendo respondidas con rigor y honestidad. Creo que va a ser un gran diálogo y espero que las recomendaciones que hagamos resulten de utilidad tanto al gobierno como el resto de poderes del estado y a la sociedad civil para seguir avanzando en la mejorar de los DESC en el país.

La sesión ha sido retrasmitida en directo online e incluso por alguna radio local. Una gran oportunidad para dar a conocer nuestro trabajo y los DESC. Un ejercicio de transparencia tanto por parte de la ONU como del gobierno uruguayo.




miércoles, 24 de mayo de 2017

Moot Court o Juicio Simulado

Muy honrado por haber sido invitado a dar una de las tres presentaciones o "key note speeches" de apertura en el Human Rights Moot Court Competititon o Concurso Inter-Americano de Derechos Humanos organizado por el Washington College of Law de la American University. En esta actividad toman parte hasta 500 alumnos de distintas universidades de todo el continente americano.

https://www.wcl.american.edu/



Dado que no me puedo desplazar a Washington en estas fechas daré mi presentación online.


Un Moot Court es algo así como un juicio simulado, como un ejercicio didáctico práctico muy común en las universidades y escuelas de derecho anglosajonas. El Washington College of Law lleva 21 años haciendo una Moot Court específica sobre litigación internacional en Derechos Humanos muy especializada en el sistema Interamericano.



Esta tarde se celebra una presentación titulada "Current Challenges in the Protection of Human Rights: The Inter-American System, the European System, and the United Nations" donde tres miembros del Faculty de la Universidad trataremos en 20 minutos cada uno los retos actuales de los sistemas de protección de Derechos Humanos Interamericano, Europeo y de la ONU. Luego habrá un debate entre los ponentes y los alumnos. Yo tengo el honor de impartir la tercera de estas presentaciones, la dedicada a los retos del sistema de la ONU.


sábado, 20 de mayo de 2017

Lecciones tras un ciberataque

A raíz del ciberataque de estos días dedico hoy mi columna quincenal #MirarHaciaOtroLado en DEIA y en Noticia de Gipuzkoa a internet, seguridad y gobernanza global.

Espero que os resulte de interés.

Os facilito para su lectura tres formatos distintos:
- la foto aquí abajo tomada directamente del DEIA esta mañana;
- el enlace aquí al artículo en la página de Noticias de Gipuzkoa;
- y más abajo, por si te resulta más cómodo para leer, está de nuevo el texto copiado íntegramente.



LECCIONES TRAS UN CIBERATAQUE
Estos días el mundo ha sufrido un ciberataque masivo que no sé si será el peor de la historia, pero sí el que más alarmas ha despertado. Desde el ya viejo bluff del efecto milenio, ¿se acuerdan?, no habíamos visto semejante cantidad de informáticos en los medios explicándonos con paciencia lo que para ellos es básico y para el resto de nosotros inextricable y casi mágico misterio: cómo funciona la red. Dicho queda que no tengo conocimiento técnico para hablarles de los detalles del ciberataque, pero sí creo poder decir algo sobre internet y la seguridad internacional, sobre internet y la gobernanza global. 
Internet es la más fantástica tecnología de comunicación e información que hemos tenido, no ya desde la imprenta, hito seguramente superado como punto de comparación, sino desde la invención de la escritura hace casi una decena de milenios. Internet es ya imprescindible no sólo para recibir información y comunicarse, es también una herramienta de primer orden para participar en sociedad, para comprar y vender, para hacer sociedad civil y para relacionarse en los más diversos órdenes. Es un instrumento para ejercer ciudadanía, derechos y obligaciones, libertades y responsabilidades. 
Internet ya no es un lujo ni un servicio prescindible, cuya gestión nos interesa sólo en tanto clientes y consumidores. El acceso asequible y sin discriminación a internet es ya un derecho humano. Además cada vez más aspectos relativos a otros derechos, como la privacidad o el uso de nuestros datos, están afectados por internet. 
La seguridad de la red es una cuestión de primer orden, como lo puede ser la seguridad de nuestros hogares o bienes. Que alguien entre en nuestro ordenador es como si entrara en nuestra casa, mientras estamos fuera, y revisara nuestros papeles, nuestras fotos, nuestro botiquín, nuestra nevera y nuestros armarios más íntimos. En muchos casos puede resultar incluso más grave. Según avance el internet de las cosas controlar nuestros accesos puede ser controlar también directamente nuestras cosas. 
La seguridad de la red no es pues ya una cuestión que interesa únicamente a los expertos o a las empresas o que nos interesa sólo como consumidores o clientes. Es algo que afecta directamente a nuestra seguridad y derechos. Seguramente a muchos de nosotros nos afectaría más si nos roban la identidad virtual y sus contenidos que si nos robaran, por poner, el coche o la cartera. 
Podemos exigir a nuestros ministros o alcaldes más seguridad en la vía pública, pero ¿a quién demandamos más seguridad en internet?, ¿qué internet queremos? Yo me uno a quienes apuestan por un internet más gobernado por las instituciones políticas públicas (al menos tenemos a quién pedir cuentas) sin dejar a un lado las necesarias colaboraciones privadas, pero en un régimen de transparencia. Me sumo a los que quieren que sea una gobernanza global (ahí el papel de la ONU debería ser principal). Me sumo a los que trabajan para que internet sea seguro, abierto, accesible para todos, plurilingüe y fiable en sus contenidos. En esta tarea podemos contribuir todos con nuestro quehacer diario en la red. 
No es reto fácil. Pero como humanidad hemos hecho cosas más difíciles. Que este ataque de la semana pasada sirva como aviso para comprometernos en esta tarea. En caso contrario no es impensable cierto repliegue de internet en los próximos años y, detrás como directa consecuencia, un repliegue del bienestar y de los derechos y libertades en nuestras sociedades.

jueves, 18 de mayo de 2017

Mucho en juego en Washington

Hoy escribo en El Correo un artículo sobre la crisis constitucional en Estados Unidos, a raíz de la conocida como trama rusa. Se titula Mucho en Juego en Washington.

#Trump #Washington #Comey #CasaBlanca #FBI



Mucho en Juego en Washington


Estados Unidos está viviendo estos días su mayor crisis institucional en mucho tiempo. Ya lo saben ustedes: el presidente Donald Trump destituye un día al director del FBI, James Comey, por su investigación de la trama rusa, y al siguiente tiene una extraña reunión en el Despacho Oval con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, en la que altera los procedimientos de comunicación, vulnera los de seguridad e incluso se va alegremente de la lengua con secretos delicados que afectan a la seguridad nacional. Pero, ¿y por qué todo esto supone una crisis constitucional?, ¿acaso no puede un presidente destituir a un cargo de su ejecutivo?, ¿acaso no puede compartir información con quien considere pertinente? Sí, pero no. Lo explicamos.

Para asegurar su independencia se nombra al director del FBI por un mandato de diez años. Hasta la fecha sólo un director del FBI había sido depuesto, pero lo fue por motivos de corrupción. El despido de Comey ahora se produce en un laberinto de explicaciones contradictorias, mezquinas y altamente sospechosas de buscar la paralización de una investigación que afectaba a la Casa Blanca.

La historia tiene escenas dignas del mejor Le Carré. El director del FBI había sido invitado a una cena privada con Trump en la que éste le preguntó si podía contar con su lealtad. La respuesta, fría y prudente, fue que sólo podría contar con su honestidad. Posteriormente el presidente le pidió directamente que paralizara las investigaciones, a lo que él se negó. Pero la gota que colmó el vaso de la paciencia de Trump fue, al parecer, que Comey en lugar de abandonar su investigación pidió más recursos para continuarla.

Frente a la edulcorada versión oficial de la Casa Blanca salió Trump a los medios, incontenible como acostumbra, para contradecir a su equipo: la destitución tenía que ver «con esa cosa de Rusia». Por si faltaran ingredientes a este menú, el presidente amenaza por Twitter a Comey con sacar ciertas grabaciones si no guarda silencio.

¿Se ha dado realmente la intervención rusa en las elecciones? Parece que sí, más discutible es hasta qué punto influyó en los resultados y por lo tanto hasta qué punto queda cuestionada la legitimidad del mandato de Trump. ¿Hubo conocimiento o incluso colaboración del equipo del presidente? No se puede afirmar hoy con certeza pero vemos día a día más elementos que parecen sugerirlo. Hay de hecho un asesor de seguridad nacional dimitido y un fiscal general que ha ocultado datos y que está ya parcialmente inhabilitado. ¿Es la opaca relación de Trump con Rusia contraria a los intereses y la seguridad de su país? Son cada vez más lo que lo creen así, incluso dentro del partido republicano. Y lo más probable es que el presidente se preste a servir a los rusos, más que por consciente devolución de favores, por una mezcla de descuido, incontinencia, soberbia y finalmente de ignorancia de la diferencia que hay entre el negocio de construcción inmobiliaria y el servicio público. Si los rusos querían un tonto útil en la Casa Blanca todo parece indicar que lo han conseguido. Veremos a qué precio, para ellos y para el resto, porque el presidente es impredecible.

Una de las características más definitorias del sistema constitucional norteamericano es el conocido como ‘checks and balances’. Se trata de un conjunto de controles y equilibrios mutuos entre los tres poderes, legislativo, ejecutivo y judicial, que impide que cualquiera de ellos adquiera demasiado poder y rompa el famoso equilibrio. Trump, con sus formas de adolescente egocéntrico y su antojadizo quehacer sin miramiento a la ley o al procedimiento, está sometiendo al sistema a una tensión sin precedentes. La pregunta no es si va a seguir operando de la misma forma, lo cual parece inevitable por consustancial a su ser. La cuestión es si el viejo sistema de ‘checks and balances’ va a soportar esta tensión sin romperse. Si quieren mi opinión, les diré que soy optimista y confío en que el sistema norteamericano será suficientemente fuerte como para superar la crisis y, con sus fallos y sus carencias, seguir siendo un sistema de gobierno de las leyes y las instituciones, un sistema de derecho en definitiva, y no un sistema de gobierno de un hombre, sus intereses personales y sus caprichos.

Son cada vez más los congresistas y senadores republicanos que temen que el juego de Trump esté yendo demasiado lejos. Hay quienes ven cercano un ‘impeachment’, es decir, un proceso parlamentario de destitución del presidente. No es fácil pero tampoco imposible. Andrew Johnson y Bill Clinton estuvieron sometidos a este procedimiento por actos de muy menor gravedad constitucional. ¿Terminará Trump su mandato? Yo quisiera apostar a que no lo acaba, pero si les digo la verdad apostaría sólo la paga de un domingo. El sistema constitucional norteamericano, con 230 años de experiencia y padre de muchas de las ideas republicanas y democráticas que más éxito han tenido, no saldrá de este crisis sin cicatrices, pero confío en que salga reforzado, tal vez actualizado, pero no convertido en una república bananera en vulgares letras doradas.

Los jueces, el legislativo y la sociedad civil norteamericana tienen la palabra. Creo que en pocos meses veremos cosas nuevas y sorprendentes sin necesidad de esperar a la nueva temporada de ‘House of Cards’.

miércoles, 10 de mayo de 2017

deborahciencia

Deborah García Bello es una divulgadora científica, química, joven y gallega, que publica semanalmente un breve vídeo sobre un tema relativo a la salud, al consumo, a la publicidad, los cosméticos o similares.

Creo que lo hace muy bien: ameno y riguroso. Breve, concisa, cercana y, en muchas ocasiones, hasta divertida.

Te recomiendo seguirle la pista. Te pongo algunos ejemplos:

- ¿Te sienta mal la leche?, ¿te han recomendado probar leche sin lactosa?, ¿has visto anuncios donde te dicen que te va a sentar mejor?, pero... ¿sabes qué es la leche "sin lactosa"?, ¿deberías probarla?


- El aceite de palma parece que tiene mala fama, ¿es malo?, hay argumentos válidos para afirmarlo (yo en mi trabajo he conocido de primera mano alguno de ellos), pero no son los que se suelen emplear... si quieres tener opinión al respecto, por favor, que no sea por lo que has oído por ahí o por lo que te dice un anuncio... mejor argumenta con motivos sólidos, que se tengan. Lo importante no es estar a favor o en contra de una cosa (lo que sea, el fracking o la energía nuclear o, en este caso, el aceite de palma) sino tener los motivos correctos y los argumentos sólidos ante cuestiones complejas que tocan muchos palos:


- también da buenos consejos para estudiantes (ya para padres) sobre los estudios...

  

- ¿Funcionan los cosméticos?, ¿sirven?, ¿es todo publicidad?, ¿cuál es la relación entre los cosméticos, el consumo y la ciencia? (casi más importante que lo que dice sobre los cosméticos, siéndolo, son sus reflexiones finales sobre nuestros prejuicios y el funcionamientos de las redes, que me parece válido para los cosméticos y para la ciencia, como ella dice, pero también para la política, la cultura o cualquier otro ámbito, incluidos los que yo trabajo, como son los derechos humanos, el desarrollo humano o las relaciones internacionales)


No tienes porqué estar de acuerdo con ella, pero sus argumentos son originales, propios, interesantes, lógicos, sólidos... merece la pena escucharla. Lo dicho, te recomiendo que de vez en cuando sigas sus publicaciones.

También la tienes en redes como Twiter @deborahciencia o su propio blog llamado, un tanto disuasoriariamente quizá, dimetilsulfuro .

sábado, 6 de mayo de 2017

Un ‘J’accuse’ con acento venezolano

Hoy publico en los medios del Grupo Noticias, Noticias de Gipuzkoa y DEIA, en mi columna MirarHaciaOtroLado, un artículo sobre Gustavo Dudamel, Venezuela, la democracia, el arte y la responsabilidad del intelectual o del artista.

NOTA: El título lleva una errata, si bien luego en el texto el J'accuse está bien escrito.




Un ‘J’accuse’ con acento venezolano


Gustavo Dudamel es uno de los directores de orquesta del momento, popular y al tiempo admirado por los entendidos. Es titular de la Filarmónica de Los Ángeles, considerada una de las 10 mejores orquestas del mundo y al frente de la cual estuvieron precediéndole gigantes como Klemperer, Mehta, Previn o Giulini. Ha dirigido a las mejores orquestas del mundo. Hasta los menos melómanos de entre nuestros lectores le recordarán este año dirigiendo la Filarmómica de Viena en el concierto de Año Nuevo.



Gustavo Dudamel es el más exitoso exponente de un experimento social y cultural de primer orden que el Maestro Andreu creó hace ya 40 años en Venezuela: el sistema nacional de orquestas, una red formada por orquestas y coros infantiles y juveniles en el que han participado cientos de miles de chavales. Esta mágica iniciativa ha sido reconocida por la UNESCO y muy merecidamente premiada, entre otros muchos reconocimientos, con el Príncipe de Asturias.



El chavismo fomentó este proyecto y de alguna forma lo capitalizó políticamente. Hasta aquí no caben más que las felicitaciones porque un sueño tan improbable, que une calidad y cantidad, excelencia musical y participación social, haya tenido tamaño éxito. De esta cantera han salido artistas tan señalados como la pianista Gabriela Montero, pero sin duda Dudamel es el buque insignia de esta gran aventura.



Según la situación en Venezuela empeora, frente al activismo opositor de Gabriela Montero, Dudamel se había mostrado reacio a posicionarse. Su proyección internacional era utilizada, a veces con aparente entusiasmo, otras al menos con beneplácito, por el régimen chavista. Según la degeneración de la situación venezolana avanzaba parece que su posición ha ido enfriándose primero y virando discretamente después.



Finalmente Dudamel ha roto esta semana su silencio y ha publicado en las redes sociales una carta con la potencia indignada del J’accuse de Zola, con ecos tan poéticos como trágicos de las grandes alamedas santiaguinas y con alguna muy pertinente lección de democracia.



“Mi vida entera la he dedicado a la música y al arte como forma de transformar las sociedades -dice Dudamel-. Levanto mi voz en contra de la violencia y la represión. Ya basta de desatender el justo clamor de un pueblo sofocado por una intolerable crisis. La democracia no puede estar construida a la medida de un gobierno particular porque dejaría de ser democracia. El ejercicio democrático implica escuchar la voz de la mayoría, como baluarte último de la verdad social. Ninguna ideología puede ir más allá del bien común. La política se debe hacer desde el más absoluto respeto a la constitucionalidad, adaptándose a una sociedad joven que, como la venezolana, tiene el derecho a reinventarse y rehacerse en el sano e inobjetable contrapeso democrático”.



Dudamel, por si hiciera falta, apunta directamente: “hago un llamado urgente al Presidente de la República y al gobierno nacional a que se rectifique y escuche la voz del pueblo venezolano. Los tiempos no pueden estar marcados por la sangre de nuestra gente. Debemos a nuestros jóvenes un mundo esperanzador, un país en el que se pueda caminar libremente en el disentimiento, en el respeto, en la tolerancia, en el diálogo y en el que los sueños tengan cabida para construir la Venezuela que todos anhelamos”.



No creo en la obligación del artista de posicionarse sobre política, salvo quizá en determinadas situaciones muy concretas. Puede haber mil razones legítimas por las que Dudamel hasta la fecha no lo había hecho y siempre he respetado su posición. Manifestarse era más su derecho que su obligación. Su Brahms es igualmente excelso con o sin carta, pero, ¿qué quieren que les diga?, me parece muy bien que se haya mojado.