domingo, 26 de agosto de 2018

UNESCO, embajadores y lenguas


Hoy publico en DEIA y en Noticias de Gipuzkoa una reflexión sobre UNESCO, embajadores y lenguas, a raíz de unas declaraciones del nuevo embajador de España ante la UNESCO. Termino imaginando unas líneas de mayor participación vasca en la UNESCO.


P.D.: Las declaraciones del embajador Juan Andrés Perelló a las que hago referencia han sido reproducidas, con distintas intenciones y tonos, por varios medios, pero finalmente todos ellos beben del original en Europa Press al que remito por mayor neutralidad, rigor o, cuando menos, prudencia.





  






UNESCO, embajadores y lenguas




El socialista valenciano Juan Andrés Perelló ha sido nombrado embajador ante la UNESCO. Perelló ha sido alcalde, diputado autonómico, senador, eurodiputado y miembro del Consejo Federal del PSOE. Le toca ahora liderar una embajada al frente de la cual he conocido a grandes embajadores diplomáticos, como el inolvidable Yago Pico de Coaña o, de una generación posterior pero de la misma talla diplomática, intelectual y humana, el donostiarra Ion de la Riva. He conocido también a buenos embajadores políticos, como la fallecida María Jesús San Segundo, nombrada por Zapatero tras ser cesada como Ministra de Educación.

Hay buenos y malos embajadores de carrera y buenos y malos embajadores políticos. La Asociación de Diplomáticos Españoles (ADE), con parte de razón y parte de corporativismo, ha expresado “su preocupación” por este nombramiento y manifiesta su “disconformidad con el nombramiento de Embajadores denominados políticos, es decir, no pertenecientes a la Carrera Diplomática”. No me atrevo a ser tan tajante, pero entiendo que se debe especial vigilancia ante este tipo de nombramientos.

La ADE afirma que “ser embajador de España no se improvisa ni se aprende en unos pocos años. Es la consecuencia última de una carrera profesional que se inicia al superar unas exigentes oposiciones, a las que sigue una dilatada experiencia”. Estoy de acuerdo con lo primero: ser embajador exige una formación y experiencia muy concretas. No estoy seguro de lo segundo: a mi juicio puede haber excepcionalmente trayectorias adicionales a la principal. Me interesa más la persona, su formación, sus ganas, su interés, su experiencia, su buena voluntad, su valentía y sus capacidades que el escalafón puro. Esta persona puede provenir, si las circunstancias lo aconsejan y excepcionalmente, de la política o de la empresa, eso sí, debe ser examinada al milímetro.


El nuevo embajador ha hecho unas declaraciones en que defiende que "los catalanes tienen que sentirse potentes y representados en el mundo en su identidad cultural y, si el lugar es la UNESCO, yo defenderé los intereses de Cataluña, como defenderé los de cualquier región que tenga una identidad propia".


Dado que la UNESCO es la organización internacional que se ocupa de la cultura, la educación y las lenguas, es importante que quien allí nos representa sea sensible a la diversidad cultural y piense que es bueno el plurilingüismo porque así uno “puede expresar su libertad y pensamiento en más lenguas" .


A este fin ha propuesto la idea de crear una oficina que coordine la presencia en la UNESCO de las lenguas que se hablan en España cuya sede estaría en Barcelona. Me suena bien, si bien es una idea muy verde que, al parecer, no está todavía negociada ni con UNESCO ni con la Generalitat. No sé si en el actual panorama de difíciles relaciones entre la Generalitat y el gobierno español se darán unos y otros la confianza para que pueda prosperar. En todo caso unos y otros deberían conocer, valorar y aprovechar (sin aprovecharse ni fagocitarla) la trayectoria de más de 30 años de relación oficial de la sociedad civil catalana con la UNESCO, muy reconocida en materia lingüística.


Como vasco entiendo que esta sede pueda estar en Barcelona, dado que es la capital de la principal comunidad lingüística del país, tras la castellana. Desde Euskadi deberíamos apoyar esta iniciativa sin olvidar los objetivos, que he defendido aquí en otras ocasiones, de ir avanzando hacia una relación más directa y oficial con la UNESCO, sobre la base del acuerdo actual entre el Gobierno Vasco y esta organización, avalado por el Estado, y respetando los respectivos marcos constitucionales (español y de la UNESCO) para profundizar en la participación responsable, leal (con España y con la UNESCO) y autónoma de nuestro país en esta organización. Es posible con los actuales marcos jurídicos. Quizá el momento sea éste y comience por apoyar la iniciativa de un embajador valenciano para Barcelona.



sábado, 18 de agosto de 2018

Kofi Annan

Me entero ahora de la muerte de Kofi Annan.


Aquí un pequeño homenaje a un gran Secretario General. Su liderazgo en materia de derechos humanos, paz y asuntos humanitarios se tradujo en iniciativas institucionales y políticas importantes.


Tuve el honor de tener una reunión privada con él hace unos años, ya como ex-Secretario General. Me dedicó atención, interés, tiempo sin reloj y algunos consejos y pistas importantes. Aquí adjunto, como recuerdo, un par de fotos de aquel para mí inolvidable encuentro.




El niño roto y el presidente

Hoy me publica El Correo un artículo que trata de pederastia, piano, libros y política. Se titula El niño roto y el presidente.








El niño roto y el presidente


Reconozco que sospecho a menudo del gusto del presidente por el titular impactante y por una pose presidencial, progre y resultona. Concedo que en política los golpes de efecto a veces son necesarios, pero me parece que Pedro Sánchez deja muchas veces el rigor y la consistencia para otro día que nunca sé cuándo es o si llegará o no. Pero aún siendo criticable, yo prefiero un gesto (con la esperanza de que algo más llegue detrás) que la nada. Veremos si el gesto, en este caso concreto que ahora les cuento, trae vacío, confusión, desorden, si la tercera ley de Newton se le aparece de nuevo en forma de retroceso, o si por el contrario, seamos optimistas, nos depara esta vez algo más ordenado, sólido y fructífero.


Me refiero a la carta abierta que James Rhodes ha enviado a La Moncloa pidiendo que el Gobierno tome nuevas medidas contra el maltrato o abuso infantil y en la lucha contra la pederastia. Sánchez, atento siempre al pase en el área, recibió a Rhodes, en 24 horas, junto a la ministra de Justicia, Dolores Delgado.


Pero, ¿quién es James Rhodes y por qué se muestra tan interesado por el maltrato infantil? Rhodes es un pianista británico, maravillosamente tardío y atípico, que se presenta en vaqueros, adopta poses de artista de la calle e intenta, con formatos, actitudes y declaraciones chocantes, romper el abismo que separa a muchos -jóvenes en particular- de la música clásica. Abismo del que él culpa a las formas tradicionales, pesadas y a veces pedantes con que demasiado a menudo, a su juicio, se presenta asociada la música clásica. Rhodes invita a una forma de acercarse a esta música que no pase por algo que a veces se parece a la arrogancia clasista, el pavoneo intelectual y el elitismo. Bienvenido sea, aunque siendo el gallinero casi siempre (y a veces hasta el patio de butacas) más barato que la entrada de cine, desconfiamos de algunas partes de esa ya conocida argumentación.


Hay quien se apresurará a informarnos de que su técnica pianística no es la mejor, que su repertorio es escaso o que su talento musical no está a la altura de los grandes. Me da igual. Cuando era joven me regodeaba fácilmente en la crítica, quizá sea una forma de reivindicación buscando, identificando o imaginando defectos en quien hace lo que uno nunca podría; pero ahora, con los años, me interesa más maravillarme con quien hace cosas extraordinarias, disfrutar con quien crea con generosidad y talento, con quien aporta originalidad, atrevimiento y belleza al mundo: y si una cosa está clara es que James Rhodes lo hace a raudales. Su 'Chacona' de Bach, por ejemplo, es un grito a la vida, desgarrador y desesperado, que me acompaña ahora mientras escribo estas líneas.


Rhodes lleva un año instalado en España, donde afirma sentirse en casa. Y, venido de Reino Unido, no escatima halagos a los servicios públicos que el español medio se empecina en denostar y dar siempre por insuficientes. Pero yo le conocí como escritor antes que como pianista. Le conocí hace un par de años gracias a su libro 'Instrumental': un libro duro, escabroso, incorrecto y al tiempo esperanzado, lúcido, generoso e incluso divertido. Pero sobre todo es duro, insoportablemente duro, porque relata los abusos y violaciones infantiles a las que fue sometido durante largo tiempo. Luego narra sin prisa una degradación psicológica y sexual abominable, a veces ya fatalmente autoinfligida. Cuenta Rhodes los años de encierros, psiquiátricos, dependencias, drogas, autolesiones, intentos de suicidios, autodestrucción, desolación familiar, que vienen después de los abusos sexuales contra menores. Pero es también un libro lúcido porque de todo ello sacas lecturas útiles y sabias, de una finura psicológica pasmosa. Y es también divertido hasta, literalmente, la carcajada. La carcajada y el espanto juntos. El libro es sabio y de la forma más improbable e imposible acaba siendo esperanzado. Pero lo importante aquí es que era un libro donde se aprende (a mí me ayudó a hacerlo) a entender la profunda, infinita maldad del abuso sexual a menores y las consecuencias insondables e imborrables de la pederastia.


Este hombre, James Rhodes, ha ido saliendo poco a poco del infierno a un coste humano más alto que el que el rey Midas podría pagar en toda una vida de ir toqueteando cosas. Tal vez sea verdad eso de que cierto tipo de aprendizajes sólo se logran habiendo tocado fondo y habiendo pagado a toca teja facturas muy caras. Así que Rhodes, con su tremenda experiencia de espalda y alma rotas, es una persona que puede con conocimiento profundo hablar de violencia contra los niños y sabe hacerlo. Tiene todo mi apoyo cuando le pide a Sánchez mayor implicación en la persecución de los delitos contra los menores, la lucha contra la impunidad en los casos de pederastia, el apoyo al menor y su intimidad como víctima durante todo el proceso, etc.


Y Sánchez tendrá mi reconocimiento si avanza por ese camino. Ha prometido, más allá de la apresurada reunión de agosto, pasos concretos en septiembre. Estaremos atentos. Hasta entonces les recomiendo dedicar un ratito a la chacona de Bach: en manos de Rhodes o de quien quieran.

martes, 14 de agosto de 2018

Escuchando a Víctor Jara

La semana pasada publiqué en El Correo este artículo sobre el caso de Víctor Jara.

Por ser de justicia debo reconocer que mucha de la información empleada en el artículo la he tomado del artículo Jara con Barrientos: El caso Víctor Jara ante la justicia universal, de los profesores Francisco Jara Bustos, de la Universidad de Chile, y Francisco Ugás Tapia, de la Universidad Carlos III de Madrid, publicado en el Anuario de Derechos Humanos 2017 (Universidad de Chile).








ESCUCHAD A VÍCTOR JARA

La noticia de la condena este verano de ocho militares en retiro chilenos por el asesinato del cantante Víctor Jara en 1973 ha pasado un poco desapercibida. Sin embargo creo que el caso nos permite hacer algunas reflexiones de interés y actualidad, tal vez también aplicables a nuestro país.

No insistiré mucho sobre la figura de Víctor Jara: la conocen bien ustedes. Para quienes nos educamos políticamente en los años 80 fue un referente aún muy vivo. Imagino que en la generación anterior, que hizo sus pinitos sentimentales y políticos entre el tardo-franquismo y la transición, su impacto fue aún mayor.

Jara fue asesinado en los días posteriores al golpe de estado de Pinochet contra Salvador Allende, en el Estadio Chile que hoy con justicia se llama estadio Víctor Jara. Las circunstancias de su muerte estuvieron muchos años cubiertas o ensalzadas en un relato mítico creado en ese choque entre la crueldad y la belleza, la fuerza bruta contra la palabra, la muerte contra la vida, la tortura contra la inteligencia, el crimen contra la poesía. Hoy sabemos que todo aquello no era sólo leyenda sino que respondía fielmente a lo sucedido, tal como ha quedado acreditado por investigaciones independientes y más recientemente declarado probado por varias sentencias judiciales en diferentes jurisdicciones.

Al enterarse del golpe, Víctor Jara acudió a la Universidad Técnica del Estado en la que trabajaba como profesor. Ese mismo día estaba prevista la presencia de Allende para inaugurar un evento titulado “por la vida”, que obviamente no llegó a celebrarse. La Universidad fue cercada por el regimiento Arica ese mismo día y al siguiente se produjo el asalto, asesinando a varias personas y deteniendo a profesores, estudiantes y personal administrativo. Fueron llevados al ya citado Estadio Chile (no confundir con el Estadio Nacional que también sirvió como centro de detención y tortura para miles de personas aquellos días).

Ya en el Estadio, al ser reconocido por un oficial, fue derribado de un culatazo, golpeado, separado del grupo y llevado a los vestuarios. Fue torturado durante tres días. Luego fue ejecutado con saña y odio: la autopsia encontró, además de numerosos huesos fracturados, 23 impactos de bala en su cuerpo. En la última sesión de torturas le habían cortado la lengua y destrozado las manos, animándole entre chanzas a cantar en esas condiciones. Su cuerpo fue abandonado en un solar.

Durante la dictadura pinochetista fue imposible investigar el caso y la aprobación de la Ley de Amnistía parecía condenarlo a la impunidad. Pero con la democracia el caso revivió. La Ley de Amnistía ya no se aplica hoy en Chile, tras las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (aunque no ha sido anulada, como en el caso paralelo de Argentina). Los crímenes contra la humanidad ni prescriben ni se pueden amnistiar. Y tras casi 15 años de complejo procedimiento, 45 después de los hechos, la condena ha llegado en su país para estos ocho despreciables torturadores y asesinos.

Pero uno de los inicialmente incriminados, Pedro Barrientos, el noveno de la partida criminal, había salido a los Estados Unidos y donde había ya obtenido la nacionalidad. Bien es sabido que los Estados Unidos no son los campeones de la Justicia Universal, pero también es cierto que hay algunas normas (Alien Tort Statute y Torture Victims Protection Act) que permiten, por otras vías, cierto tipo de persecución por algunos de estos delitos.

No estamos ante un caso de Jurisdicción Universal pura o absoluta (sólo basada en el carácter del crimen internacional) posibilidad que los Estados Unidos no permite (y cada vez menos países europeos). Y es que en este caso la nacionalidad del acusado supone un elemento clásico de jurisdicción que permitió a los tribunales norteamericanos activar el caso. Pero también es cierto que el hecho de que las torturas y el asesinado constituyeran una violación del Derecho Internacional fue uno de los elementos tenidos en cuenta. El tribunal norteamericano resolvió, en sede civil, en 2016 que Pedro Barrientos era responsable de este crimen de torturas y asesinato extrajudicial

Dado que la sentencia en los Estados Unidos afecta únicamente a la responsabilidad civil, la Cancillería de Chile acaba de instar el procedimiento de extradición con el fin de que Pedro Barrientos termine compartiendo la misma suerte que sus ocho compañeros de armas, crimen y vergüenza universal.

La Justicia Universal nació para hacer frente a la impunidad en los casos más aborrecibles, que ofenden a la comunidad internacional en su conjunto y a los que, por tanto, esta comunidad responde resquebrajando las limitaciones clásicas de la jurisdicción nacional. Tras algunos casos pioneros en España, Bélgica o Francia, el peso de la realpolitik internacional (pensemos, por ejemplo, en los casos contra China por crímenes en el Tibet) logró limitar las ambiciones iniciales de la jurisdicción universal, pero aún resiste, a veces limitada, a veces constreñida, aunque sea esperando decenios a cruzarse en el camino de los miserables que han ensuciado a ojos de la comunidad internacional la condición humana. Hoy algunos países latinoamericanos, que traen aprendizajes hechos a muy alto precio, toman el testigo de la Justicia Universal como en su día se hizo a la inversa.

Memoria, justicia y dignidad de las víctimas. Como les decía, los ecos de Víctor Jara siguen sonando también para nosotros. Escuchemos.


lunes, 13 de agosto de 2018

Michelle Bachelet: nueva jefa de los Derechos Humanos

El sábado pasado publiqué, en la columna #MirarHaciaOtroLado, mi opinión sobre el nombramiento de Michelle Bachelet como nueva Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos:




MICHELLE BACHELET NUEVA JEFA DE LOS DERECHOS HUMANOS


Hace unos meses comentamos en estas mismas páginas que el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, de Jordania, renunciaba a presentarse a un segundo mandato. Aquel día les expresé mi simpatía por el personaje y mi reconocimiento por su liderazgo durante estos años al frente de la máxima institución mundial de Derechos Humanos. Dijimos que las razones que daba para renunciar a la continuidad eran graves: otro mandato “en el contexto geopolítico actual, podría significar hincar la rodilla para suplicar; silenciar una denuncia; rebajar la independencia y la integridad”.

Y es que el Alto Comisionado se había hecho notar por sus posiciones firmes, lo que le había hecho chocar con ese Estados Unidos que no sólo abandona la UNESCO o la alianza global contra el Cambio Climático, sino el propio Consejo de Derechos Humanos. Es muy lamentable que un estado que fue clave en la creación de la ONU y el sistema internacional de Derechos Humanos, forme hoy junto a Irán, Corea del Norte y Eritrea el innoble grupo de los cuatro estados que se niegan a participar en el Consejo de la ONU.

Pero no creamos que Zeid Ra’ad Al Hussein ha sido anti-yanqui al uso, es un diplomático impecable y ha sido igualmente implacable con Rusia, China o Irán, por no hablar de su posición contra todo integrismo o fanatismo, venga de donde venga. Ha estado con voz mesurada pero firme, al lado de las víctimas lo mismo en Myanmar que en la República Centroafricana, Nicaragua o Venezuela.

El Alto Comisionado para los Derechos Humanos tiene rango de Vicesecretario General de la ONU. Es el máximo responsable de la ONU para todas las cuestiones relativas a los Derechos Humanos, tanto las técnicas y administrativas, como las políticas o de desarrollo normativo e institucional. Es la gran autoridad mundial en materia de Derechos Humanos. Desde la creación de la institución, en 1993, han servido en este cargo seis personas de un alto reconocimiento moral, político e intelectual: tres mujeres y tres hombres.

El Secretario General de la ONU ha presentado esta semana, tras prolongadas consultas (y negociaciones) con los grupos regionales el nombre de Michelle Bachelet para el cargo. La Asamblea General ratificó ayer mismo la propuesta.

¿Es Michelle Bachelet la persona para tan difícil papeleta en un momento en que el sistema de promoción y protección de los Derechos Humanos de la ONU está puesta en cuestión por una inusitada alianza entre Rusia, China, Irán y los EEUU que la estrangulan a base de recorte de recursos y críticas y desprecios?

A la nueva Alta Comisionada le tocará una tarea que requerirá un equilibrio casi imposible entre fuerza y templanza, entre tesón y flexibilidad, entre visión y táctica, entre rigor y mano izquierda.

Michelle Bachelet ha sido víctima de violaciones graves de Derechos Humanos. Es sensible como la que más a los Derechos Humanos y a la importancia de su internacionalización. Tiene experiencia como presidenta de un país, por lo que entiende bien las necesidades y limitaciones de la política. Tiene formación intelectual sólida. Ha sido Directora de ONU Mujeres, con lo que además le conocemos sensibilidad para la igualdad de género y experiencia en el sistema ONU, con sus grandezas y sus limitaciones. Tiene prestigio internacional, si bien su popularidad en su país no es alta. A sus 66 años éste será probablemente el último gran cargo de su carrera y no tiene necesidad alguna de someterse a ataduras que limiten su independencia.

Soy realista, no le pido un sobresaliente, me conformaré con darle un aprobado a fin de curso. No, no es nada fácil lo que le espera, pero si no es Bachelet, ¿quién sería la persona ideal?, no se me ocurre, en el mundo de lo posible, un nombre mejor. Tiene todo mi apoyo.