sábado, 17 de noviembre de 2018

Camilo Catrillanca y el Comando Jungla

Hoy dedico mi columna #MirarHaciaOtroLado al caso del joven mapuche Camilo Catrillanca y al "Comando Jungla". La publican los medios del Grupo Noticias: DEIA, Noticias de Gipuzkoa y Noticias de Álava.









Camilo, Ercilla y Rambo en La Araucanía



Les escribo desde La Araucanía, al sur de Chile. Visito la zona justo en los días en que se ha producido un grave incidente: la muerte de un joven mapuche, Camilo Catrillanca, a manos de un comando especial de la policía llamado, de forma inquietante, “Comando Jungla”.


De acuerdo con la versión oficial, el Comando Jungla perseguía a un grupo de delincuentes comunes que había robado tres coches. Al llegar a una comunidad se dio un “intercambio de disparos” (en que emplearon armas de gran calibre). Algunas balas impactaron contra el tractor de Camilo Catrillanca, de 24 años, provocando su muerte al recibir un tiro en la cabeza. A pesar de que los carabineros ocuparon el terreno y se hicieron cargo de inmediato del cuerpo, no se encontraron ni armas, ni prueba o siquiera indicio alguno que haga pensar que el joven indígena tuviera algo que ver con el robo o que estuviera armado. Las fotos muestran un tractor con numerosos impactos de bala, lo que indica que no fue una bala perdida o rebotada o la mala suerte, lo que le mató. Camilo no contaba con ningún tipo de antecedentes policiales o judiciales (aunque las redes abunden ahora en intentos, muy racistas en su mayor parte, de manchar su nombre).


Los hechos ocurrieron en la comunidad mapuche del municipio de Ercilla, nombre que deben sentir muy cercano todos los bermeanos que lean esto. Camilo Catrillanca era el nieto e hijo de conocidos líderes mapuches y había sido él mismo dirigente estudiantil de adolescente, tras haber conocido la represión en la familia desde los 10 años, como narró en alguno de sus libros (recomiendo, por ejemplo, “Historia Secreta Mapuche”) el periodista mapuche Pedro Cayuqueo. En aquellos años colgaba Camilo en Facebook el siguiente comentario: “¿cuándo nos daremos cuenta del perseguimiento político que sufren injustamente muchos de nuestros peñi?” (peñi significa algo así como compañero, en lengua mapuche o mapugundún).


No me interesa aquí entrar en los detalles del incidente, que no conozco sino por la prensa. Al respecto sólo puedo desear una investigación independiente que pueda revelar toda la verdad y, en su caso, terminar por la aclaración y castigo de las responsabilidades penales, administrativas y políticas que se dieran.


Pero más allá del caso, el pueblo mapuche vive en esta zona un conflicto político con profundas causas sociales, territoriales e históricas que se remontan no tan directamente a la época de la colonización española (que también, obviamente) como a la pacificación chilena (y colonización) de la zona, entre mediados del XIX y principios del XX.


En este contexto, la creación de un Comando Jungla (¿qué jungla hay en los bosques y montañas araucanas?) de reminiscencias centroamericanas y colombianas (no en vano se ha formado en Colombia, en un contexto muy diferente, y está entrenado para responder militarmente a crisis con ejércitos guerrilleros y narcoterroristas, que ni de lejos se dan aquí), y que resulta más propio de Rambo que de Chile.


Camilo Castrillanca fue líder estudiantil en el Liceo de Pilahueque, centro de formación profesional intercultural que durante algún tiempo recibió, entre otros ingresos, algunas ayudas de los programas vascos de cooperación internacional. Hace unos años, ante las protestas de las familias, el estado dejó de financiar sus actividades y el centro tuvo que cerrar sus puertas. Pero sus instalaciones no fueron desaprovechadas: son ahora la base del Comando Jungla, sí, el mismo que acabó con la vida de su antiguo alumno.

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