ÍNDICE
DE PAZ
Me gustan los
medidores internacionales, esos índices que clasifican a los
estados. Más allá del morbo de ver qué país está por delante de
qué otro, me gusta desentrañar los indicadores y estudiar las
tendencias.
El Índice de
Desarrollo Humano es quizá el más conocido. Los índices de
Transparencia Internacional, los de libertad de prensa de Reporteros
Sin Fronteras, los de educación, cultura y ciencia de la UNESCO, los
del Banco Mundial o los de la OCDE (PISA, por ejemplo) son fuente
inagotable de información.
El Institute for
Economics & Peace nos ofrece un índice global de paz que recoge
indicadores de diversos ámbitos, desde la seguridad ciudadana a los
conflictos internacionales pasando por la militarización o el buen
gobierno.
En los años 70
descubrimos con Johan Galtung el concepto de Paz Positiva, que era
aquélla que no se reducía a la ausencia de guerra, sino que se
asociaba a la vida digna. Este medidor complejo que aquí comento
puede entenderse como prudente heredero de aquel concepto de paz
positiva, sin caer en alguno de los excesos en que cayeron en
ocasiones sus seguidores que, a fuerza de incluir contenidos a la
paz, terminaron por quitarle su significado, como denunciaba Norberto
Bobbio.
Indicar qué países
disfrutan de más o menos paz siempre ha sido problemático. Recuerdo
que en los 80 Galtung identificó a Yugoslavia como uno de los países
más seguros del momento, por su exitosa gestión de la cuestión de
las nacionalidades y su relativa autonomía del bloque soviético.
En este informe de
ahora vemos en cabeza a Islandia, Portugal, Nueva Zelanda y
Dinamarca. No se sorprenderán ustedes al ver a Siria, Afganistán,
Iraq, Yemen o Sudán del Sur a la cola.
La ausencia de paz
cuesta al mundo más de 14 billones de dólares, es decir un 12,6 %
del PIB mundial, es decir, casi 2.000 euros por persona. Pero
dedicamos a las labores de prevención y mantenimiento de la paz
menos de un 1% de lo que nos cuesta la violencia y la guerra.
Más allá de las
clasificaciones (España está la número 23 de 163 estados, lo digo
por que sé que no me va a perdonar usted que le haya hecho llegar
hasta aquí sin darle el dato) lo interesante son las tendencias. En
los últimos 10 años el mundo se ha hecho más desigual en materia
de paz, es decir, la diferencia entre los más pacíficos y los más
conflictivos o inseguros ha aumentado. Ha aumentado el número de
refugiados o personas desplazadas, el número de víctimas del
terrorismo y de conflictos bélicos.
Son números de la
tendencia a 10 años que contrastan con las tendencias más a largo
plazo histórico que nos facilita Steven Pinker (Los ángeles que
llevamos dentro), sin echar por tierra, a mi juicio, su tesis de que
la seguridad mejora. Entre los datos positivos de la ultima década
tenemos la reducción de la inseguridad ciudadana, el descenso de
asesinatos (muy en línea con Pinker), el descenso del tamaño de los
ejércitos y del gasto militar. Este último dato está cambiando a
peor gracias a Trump que ha hecho aumentar los gastos militares
propios y de sus aliados. Y aún así, nos gustan los ángeles de
Pinker.
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