sábado, 12 de mayo de 2018

Pacta sunt servanda

Hay un principio del derecho romano denominado Pacta Sunt Servanda, algo así como que los pactos, acuerdos o contratos (o tratados, en este caso) están para ser respetados. Parece muy obvio, pero este principio es muy recurrido y de extraordinaria relevancia práctica en Derecho Internacional.


Hoy desempolvo el latín para titular mi artículo #MirarHaciaOtroLado y hablar de Trump y la retirada del acuerdo nuclear con Irán.


Un asunto tan complejo como éste podría tratarse desde mil enfoques, en 3500 espacios o 575 palabras inevitablemente hay que renunciar a muchas cosas e intentar decir un par de ellas, brevemente, pero a poder ser con cierto sentido y un mínimo de corrección y estilo. No más, pero tampoco menos. Espero que el intento te parezca logrado.






 http://www.deia.eus/2018/05/12/mundo/pacta-sunt-servanda 






PACTA SUNT SERVANDA





La decisión del Presidente Trump de retirar a los Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán no es una sorpresa. Era una de sus promesas de campaña y, para lo malo, Trump no suele decepcionar, recuerden la retirada del Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. Ha insistido mucho Trump, en su infantil deseo de desprestigiar a toda costa el legado de Obama, con su habitual lenguaje exagerado y falto de rigor, en referirse a este acuerdo como el peor acuerdo que los Estados Unidos hayan suscrito jamás. No sabemos hasta qué punto la decisión de esta semana ha tomado en cuenta los terribles riesgos que puede acarrear o se debe simplemente a que la retórica incendiaria del presidente no le había dejado otra salida. No parece que el viejo principio que dice que rectificar es de sabios, se ajuste a su estilo.


Tal vez el cumplimiento del acuerdo por parte de Irán no fuera absoluto, completo, sin tacha o mácula alguna. Pero tampoco se trataba de un incumpliento grave. Así lo acreditaron observadores de la ONU (de la Organización Internacional de la Energía Atómica, OEIA, si ustedes gustan de mayor precisión), profesionales duchos en su tarea y poco sospechosos de dejarse engañar fácilmente. “Irán está sujeto al régimen de verificación nuclear más robusto del mundo. A día de hoy, el OIEA puede confirmar que los compromisos nucleares están siendo implementados por Irán". Esto lo ha confirmado esta semana, por escrito, el Director General del OIEA, el japonés Yukiya Amano. La opinión de Israel y los EEUU, según la cual el incumplimiento iraní era esencial y grave, parece más sobreactuada que rigurosa.


No seré yo quien defienda a un régimen como el iraní, teocrático y vulnerador grave de los derechos humanos, especialmente de las mujeres y de las minorías sexuales y religiosas. No seré yo quien se muestre comprensivo con su política interior represiva y brutalmente fanática, ni con su política exterior de la que desconfío plenamente. Pero aún así en las relaciones internacionales (y en las internas) uno debe llegar a acuerdos con los diferentes para mantener la paz. Y el acuerdo con Irán no era desde luego perfecto, pero aportaba algunos gramos de prudencia y control mutuo en una región que necesita confianza en que los acuerdos son posibles y, lo más importante, que se firman con la intención de cumplirlos (pacta sunt servanda, que decía el viejo principio latino, tan clave luego en el Derecho Internacional, un principio tan básico pero tan importante como que los acuerdos se comprometen con intención de honrarlos de buena fe).


Tanto Merkel como Macron, Alemania y Francia, han intentado cambiar la decisión norteamericana, como se ve con resultados nulos e incluso, según se mire, humillantes. Europa mira con preocupación un polvorín demasiado cercano y cuyas consecuencias migratorias hace tiempo que han superado su capacidad de respuesta política y social. Los halcones de Washington reducen la bronca al interés europeo, y especialmente francés, por los contratos en Irán. No voy a negar que el económico es un elemento en el tablero, pero sólo desde el cinismo más estúpido se puede creer que la clave industrial o comercial es la principal preocupación europea en la zona ahora mismo.


Trump deberá negociar ahora con Corea del Norte haciendo creer, contra la evidencia, que los acuerdos que se celebran con los Estados Unidos son política de Estado y que, ¿se acuerdan?, pacta sunt servanda...

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