martes, 23 de septiembre de 2014

Memoria colectiva y Derecho Internacional.

Me ha gustado esta breve presentación sobre la relación entre la Memoria colectiva y el Derecho Internacional. La escribe el Prof. Moshe Hirsch, de la Universidad Hebrea de Jerusalem, en la serie de cuadernillos "ESIL Reflections" de la European Society of International Law.

http://www.esil-sedi.eu/
Se trata de un estudio más de sociología del derecho que de derecho positivo. Tiene ideas potentes y ejemplos concretos pertinentes y bien elegidos, de la historia y del presente, de la política e incluso de la economía .

http://www.esil-sedi.eu/node/690
Traduzco sobre la marca unos breves pero significativos párrafos:
 
"El concepto de memoria colectiva parte de la premisa de que la gente normalmente construye sus recuerdos no sólo a través de vías individuales, sino que igualmente lo hace por medio de procesos sociales. La pertenencia a un grupo muy a menudo aporta elementos para la memoria y empuja a las personas a recordar eventos concretos. Los grupos pueden producir recuerdos de eventos que las personas no han vivido directamente. La memoria colectiva a menudo afecta a las emociones individuales y el recuerdo de un evento particular puede generar un sentido de orgullo o de vergüenza entre los miembros de la comunidad."

"La construcción de una memoria colectiva es un proceso selectivo (...) estas narrativas selectivas en ocasiones sugieren un mensaje moral al grupo y suministran alguna guías sobre el comportamiento adecuado."

"La memoria colectiva y el derecho, incluyendo el derecho internacional, interactúan en ambas direcciones: el derecho afecta y es afectado por la memoria colectiva".

Estos comentarios del Prof. Hirsch están escritos como reflexiones generales y teóricas, pero me parecen hoy muy pertinentes para ser leías desde el País Vasco.

Es cierto que la memoria aporta un sentido moral a la comunidad y nos da guías de lo que entendemos por una conducta adecuada o deseable entre nosotros, por eso el ejercicio de una memoria digna es tan importante ahora en nuestro país: no cualquier fin de la violencia nos sirve, no cualquier lectura del pasado es aceptable, ni siquiera como precio de la paz. Sólo nos vale un fin que esté basado en la dignidad de las víctimas y la irrenunciabilidad de sus derechos, de todas las víctimas, y en la ilegitimidad de toda violación de los derechos humanos, venga de quien venga. Una sociedad, en definitiva, que respeta y practica el derecho a la verdad, a la memoria y a la justicia, esa tríada ya ligada definitivamente al sistema de los derechos humanos.

Y porque la interacción entre memoria y norma es, como dice el Prof. Hirsch, de doble vía ("dialéctica", habríamos hace 25 años sin tener que pedir perdón por ello), es tan importante que no hagamos trampa, no impongamos -ni nos dejemos imponer- normas parciales o partidistas para subrayar una violencia y al tiempo ocultar o incluso justificar otras.

Éste es uno de los grandes retos de nuestra sociedad. Es por ello que me ha parecido oportuno recoger este cuadernillo y compartirlo aquí.

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