UN
TRIUNFO DE LA LIBERTAD EN LA INDIA
Esta
semana la causa de la libertad y la no discriminación
ha vivido una importante victoria en la India: la homosexualidad ha
sido despenalizada, ha dejado de ser considerada un crimen y pasará
a ser un sentimiento, un deseo y una práctica libremente
desarrollada entre adultos. No es un triunfo únicamente del
colectivo homosexual. Debemos entenderlo como un triunfo de todos lo
que creemos en la libertad.
La homosexualidad
estaba recogida como delito en el artículo 377 del Código Penal.
Esta norma tenía su origen en la época de la colonia británica, en
la época victoriana, en 1861. En el oscurantista tono de la época,
en el humillante lenguaje que en ocasiones se aplica a este
colectivo, este artículo 377 se refería al “acceso carnal contra
natura con un hombre, mujer o animal”. Una expresión insultante
que incluía algo tan digno como las relaciones sexuales consentidas
y libres entre adultos en privado.
Las penas previstas
eran muy serias: “será penado con prisión de por vida, o con
prisión por término o que podrá extenderse a 10 años y una
multa”. Hasta 1.500 al año eran detenidas en virtud de este
artículo 377.
Estamos ante un
triunfo legal que llega tras un recorrido judicial largo y plagado de
avances y retrocesos, de pasos hacia adelante y de pasos hacia atrás,
como suelen ser estas cosas. Uno de los más importantes avances se
dio en el 2009, cuando el Tribunal Supremo de Delhi impuso la
despenalización de la homosexualidad. El principal paso hacia atrás
se sufrió en 2013, cuando el Tribunal Supremo de la India decidió
no ratificar esa decisión y volvió al punto de salida, 150 años
atrás: a 1861.
Antes de que nuestro
eurocéntrico complejo de culpa colonial se ponga en marcha, les
advertiré que no toda la culpa la tienen la reina Victoria, ni
Rudyard Kipling, ni los tres lanceros bengalíes. Los influyentes
grupos religiosos tradicionalistas indios estuvieron detrás de
aquella lamentable decisión: su presión fue insoportable. Un famoso
gurú del yoga, por ejemplo, invitaba a los homosexuales a su centro
de espiritualidad “donde curarles la homosexualidad”, puesto que
esas relaciones a su juicio son “no naturales, incivilizadas e
inmorales”.
La India corrige
así, con esta decisión de ahora, una discriminación contraria a
los derechos humanos. En el 2015 el estado de Kerala se había
adelantado aprobando políticas no sólo despenalizadoras sino de
igualdad e integración que incluyen a los transexuales . Y es que,
una vez conseguida la despenalización, se debe avanzar ahora hacia
la igualdad efectiva y el respeto jurídico y social hacia todas las
personas LGBT. Lo ha dicho la nueva Alta Comisionada de la ONU para
los Derechos Humanos, la chilena Michelle Bachelet: esta decisión
"allana el camino hacia una mayor inclusión y aceptación de
las personas lesbianas, gays, bisexuales y transgénero en la India,
y con el tiempo puede ayudar a disipar el estigma asociado a ser
LGBT".
Aún quedan muchos
países en que la homosexualidad está perseguida y penada, incluso
con pena de muerte. Hoy toca celebrar este avance en la India.. A
partir de mañana tocará seguir trabajando porque esa libertad se
extienda por todo el mundo.
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