No me habia topado hasta este verano con el concepto de TURISMO CIENTÍFICO. ¡Esto de aprender nuevas cosas cada día gracias a Internet es una maravilla!
Veo que hay distintas definiciones de TURISMO CIENTÍFICO. Unas resultan tan genéricas que lo hacen a mi juicio difícilmente distinguible del turismo cultural. Otras lo limitan demasiado, reduciéndolo a actividades o visitas complementarias a una viaje ya preparado por otros motivos (pasarte, por ejemplo, por el Museo de la Ciencia cuando estás en Barcelona o por el Museo Británico si estás Londres, destinos a los que seguramente hayas ido por razones distintas a esas visitas puntuales).
Aquí tenemos un ejemplo de concepto amplio: Turismo Científico Social "es la modalidad de turismo orientada al fomento de una cultura turística y científica que permite conocer, compartir y valorar el origen, las costumbres, la sabiduría de un pueblo de forma creativa".
Aquí un ejemplo de concepto restringido: "Turismo Científico es aquel que practica el visitante que complementa su tiempo de ocio con la visita a museos didácticos, centros de investigación y de interpretación, que realiza turismo industrial y que se interesa por espacios geológicos o naturales".
Me gustaría más pensar que el TURISMO CIENTÍFICO es el destino o la actividad que te ofrece una experiencia de aprendizaje y disfrute basado en la ciencia. Se opta por ese destino, al menos en parte, por esa razón y con esa intención.
En un curso de la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA), Iniciación al Turismo Científico, celebrado este mes pasado se ha hablado de estas cosas. El curso ha tenido su eco en los medios y gracias a ello, creo yo, se ha divulgado el concepto de TURISMO CIENTÍFICO.
En el curso se han presentado algunos casos españoles muy representativos, entre otros:
- el Museo de la Evolución Humana de Burgos y la visita a los yacimientos de Atapuerca (que yo me dí el gigantesco lujo el verano pasado de visitar de la mano de sus codirectores, Eudald Carbonell y José Maria Bermúdez de Castro, y de su responsible de divulgación Chitina Moreno-Torres);
- el turismo en torno a los dinosaurios en Teruel (que no conozco de primera mano, pero del que he oído grandes cosas y que tengo prometido a mi dinoadicto hijo);
- el turismo, quizá más especializado, de observación astronómica en el Teide.
Si eres un amante de la evolución, de los dinosaurios o de la astronomía, o simplemente una persona curiosa y con ganas de aprender, cualquier de estos "productos turísticos" justifica desplazarse unos días al lugar, disfrutarlo y profundizar en lo que cada uno de ellos tiene que ofrecerte con sus productos de turismo científico de calidad. Luego, aprovechando que estás ahí, harás otras cosas y visitarás otros lugares, evidentemente, pero el producto turístico científico ha sido uno de los factores de la elección del destino.
Pienso en qué productos o experiencias puede tener Euskadi que entren en esta categoría de TURISMO CIENTÍFICO, destinos que justifiquen, por ejemplo, tomar un avión desde Berlín, por poner, y dedicarle unos días de tus vacaciones.
Con el concepto amplio del turismo científico que hemos visto arriba, podríamos incluir numerosas opciones. Podríamos hablar, por ejemplo, de Salinas de Añana. Pero para ser sincero creo que lo distintivo de Añana está en torno a la cultura, al medio, a la tradición, a la técnica productiva, a la arquitectura de madera, al patrimonio, al paisaje... no sé si podríamos llamar a eso turismo científico, por mucho que la visita incluya una muy buena explicación sobre el diapiro de sal y su origen geológico. Yo creo que se trata más bien de turismo cultural o, si lo sumas a una visita a Rioja Alavesa, turismo gastronómico o enográfico.
Se me ocurren dos destinos en Euskadi que sí son TURISMO CIENTÍFICO propiamente dicho y que justifican una visita desde lejos.
- El primero es el GEOPARQUE de la Costa Vasca. Un producto de turismo científico que a la excepcionalidad del enclave han sumado un relato atractivo, vivo, fascinante, bien explicado y han sumado experiencias paisajísticas impactantes. Es una visita obligada para el experto, pero que se adapta de maravilla al lego y a la visita familiar. Cuenta con guías competentes que saben y disfrutan compartiendo su pasión. Su gerente, Leire Barriuso, y su director científico, Asier Hilario, saben dar valor un gran producto de turismo científico.
El Geoparke está muy cerca de las cuevas de EKAIN, Patrimonio de la Humanidad, que cuenta con una réplica visitable fantástica. Los guías son expertos que adaptan la visita al nivel adecuado según el visitante. Yo he hecho la visita varias veces por razones profesionales, y de nuevo cada verano con mis hijos, a los que la experiencia les encanta. Nunca me canso de aprender nuevas cosas allí en cada visita... y de jugar con los niños a hacer pinturas rupestres, a encender fuego o a "cazar" siluetas de animales prehistóricos con lanzas, flechas y azagayas.
Así que la suma de Geoparke + Ekain, da para un par de días o tres de TURISMO CIENTÍFICO que puedes recomendar a un amigo extranjero y que sabes que no va a defraudar y que justifica tomar el avión.
- El otro producto vasco de TURISMO CIENTÍFICO que se me ocurriría proponer es el basado en la observación de aves, el Birding Euskadi, donde no podrían falta dos puntos: el URDAIBAI BIRD CENTER, que te permite una visita además por la Reserva de la Biosfera de Urdaibai, y el Observatorio de Aves de Salburua, en Vitoria-Gasteiz.
Sin buscarlo, me ha salido un destino por territorio (Bizkaia, Gipuzkoa y Álava) para que nadie se me moleste, y tres reconocimientos diferentes de la UNESCO (Geoparke, Patrimonio Mundial y Reserva de la Biosfera).
Seguramente se me olvidan ahora otros destinos posibles. Si es así no dudes en comentármelo. A lo mejor no están todos los que son, pero sin duda los que están, son TURISMO CIENTÍFICO de primera division.
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