Tratándose de bosques y de biodiversidad os amenizo la lectura con unas fantásticas fotos de diversas especies de ranas (o batracios anuros, como sabe cualquier crucigramista dominical) de Costa Rica. Las fotos son de mi buena amiga Laura de Santiago, a la que agradezco su permiso para subirlas aquí.
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©LauradeSantiago
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DINERO NORUEGO POR BOSQUES BRASILEÑOS
La deforestación es uno de los grandes problemas de nuestro
planeta. Afecta a la pérdida de biodiversidad, al cambio climático y a la
desertificación. Pero al mismo tiempo la deforestación puede ser entendida en
ocasiones como un mal necesario en el camino del crecimiento económico de
algunos países pobres.
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©LauradeSantiago |
La idea es buena. Pero como toda solución a problemas
complejos tiene aristas y meandros. ¿Cómo garantizar la continuidad de estos
recursos aportados por la comunidad internacional y gestionarlos de forma
sostenible en el tiempo?, ¿cómo facilitar con estos recursos el verdadero
desarrollo humano de la zona y no el simple aumento del presupuesto público sin
repercusión en muchas ocasiones en el bienestar de la población local a largo
plazo?
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©LauradeSantiago |
Noruega es uno de los países líderes en este tipo de proyectos para los que se comprometió, en la Cumbre del Clima de Bali de 2007, a aportar 500 millones de dólares al año.
Noruega ha pagado desde entonces a Brasil cerca de 1.000
millones de dólares para que mantenga sus bosques. Y en este tiempo el
resultado ha sido una apreciable reducción de la deforestación en el país. Este
buen resultado no se debe única ni principalmente a la iniciativa noruega (sino
a las leyes y políticas internas) pero ha ayudado aportando recursos que lo han
hecho posible. Esta reducción de la deforestación nos puede parecer
insuficiente (incluso debemos reconocer ciertos pasos atrás en los últimos dos
años) pero los informes indican el dato cierto de que en el último decenio la
deforestación en Brasil se ha reducido en un 80%, mientras que de no haber
habido políticas gubernamentales y apoyo internacional habría crecido en torno
a un 20%. Tal vez resulte aún insuficiente, pero no todo lo hacemos mal.
Noruega llegó en el 2010 a un acuerdo similar, también por
1.000 millones de dólares, con Indonesia, donde el problema de la deforestación
es aún peor. Pero la implementación de esta ayuda se encuentra con serios
problemas: hasta la fecha sólo se han abonado 60 de los 1.000 millones. La
corrupción es el primero de los obstáculos. Los propios agentes indonesios han
tenido que reconocerlo: “sabemos que no es culpa de Noruega, sabemos que la
corrupción es nuestro principal problema”.
Noruega está extendiendo el sistema a otros países como
Liberia, Guayana o Perú. No, estos acuerdos no son ninguna panacea, no son la
solución a los problemas de desarrollo de estos territorios, no son la solución
al cambio climático. No, no son perfectos y seguramente tienen
contraindicaciones. Pero aún así son un instrumento útil, en conjunción con
otros, si se aplican en un contexto de buen gobierno, de instituciones
responsables y en un marco de desarrollo humano endógeno, no dependiente,
basado en la educación, la salud y en fomentar las capacidades y las
oportunidades de la gente.
No, no son ninguna panacea, pero asumiendo sus límites y sus
problemas tenemos mucho que aprender de los muchos aciertos y éxitos de este
tipo de políticas.
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©LauradeSantiago |
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