Hoy en #MirarHaciaOtroLado en DEIA hablo, con motivo del incendio del Museo Nacional en Río de Janeiro, sobre cultura, patrimonio, sobre la responsabilidad de las instituciones públicas en su mantenimiento y promoción, pero sobre todo de algo que me interesa más: sobre la responsabilidad de cada uno de nosotros en ello. A ver si os gusta:
Las llamas del
Museo y usted y yo
El Museo Nacional de
Brasil, en Río de Janeiro, ha sufrido este domingo un devastador
incendio. Probablemente ha visto usted las espectaculares imágenes
del incendio y ha leído algún reportaje en que se describen los
tesoros perdidos.
El Museo albergaba
unos 20 millones de piezas de las que podría haberse perdido un 90%.
Entre ellas nos encontramos con colecciones únicas de culturas
indígenas, patrimonio material e inmaterial de culturas ya extintas,
registros únicos y no copiados de lenguas y músicas desparecidas.
Se han calcinado colecciones botánicas y zoológicas de especies
perdidas y por lo tanto información de interés científico
irrecuperable. Se han perdido los restos humanos más antiguos de
América. Hemos perdido historia colonial y arte egipcio, griego y
romano. Se trata de una enorme pérdida cultural para Brasil y para
el mundo, puesto que los bienes quemados son por definición
patrimonio de la humanidad: su riqueza artística, su valor cultural
y los secretos que albergaban a la espera de los investigadores que
los desentrañaran, nos pertenecían a todos.
Es paradójico,
resulta casi ridículo, pero es real: usted y yo hemos perdido en
Brasil esta semana parte de nuestra memoria, de nuestro patrimonio,
de nuestra riqueza, aún cuando no supiéramos de su existencia.
Durante esta semana
hemos sabido de los recortes en cultura, de las lamentables
condiciones de mantenimiento y seguridad del Museo. Ha habido tiempo
para culpar con justicia a los políticos, a los responsables del
gobierno, por su desidia, por su criminal desinterés por la cultura
en un país de enormes riquezas, que dilapida sus recursos en gastos
superfluos y suntuarios y en una corrupción infinita que carcome la
estructura del país. Bien, yo me sumo a la denuncia, pero sobre eso
ya está todo dicho: quisiera ir un poco más lejos.
Culpar a los
políticos es justo, pero es insuficiente. Los políticos ponen su
atención donde la ponen sus electores. Un estudio revelaba que los
brasileños que habían visitado este Museo eran la mitad que los que
habían visitado el Louvre. Todos lamentarán profunda, sincera y
justificadamente la pérdida, pero pocos disfrutaron del tesoro
mientras se podía.
Nuestro interés
real se mide en tiempo y en dinero. ¿Cuánto tiempo hemos dedicado
usted y yo a los museos o exposiciones de nuestro país?, ¿cuánto
tiempo he pasado en sus bibliotecas o salas de concierto o de teatro
estos últimos meses?, ¿cuántas entradas de museo o de teatro o de
conciertos he comprado?, ¿cuántos libros he comprado?, ¿cuántas
visitas culturales he hecho este verano?, ¿a cuántas conferencias
asistí el curso pasado?, ¿cuánto tiempo dedico a participar
voluntariamente en las actividades culturales o patrimoniales de mi
entorno?, ¿cuánto tiempo dedico a la programación cultural en
relación al que dedico al fútbol o a los cotilleos? (pienso, por
ejemplo, en la radio y televisión públicas, en tres programas
ejemplares en ciencia, literatura e historia, respectivamente: La
Mecánica del Caracol, Pompas de Papel y Una Historia de Vasconia)
En esta relación de
nuestro tiempo y de nuestro dinero está la medida de nuestro interés
en la cultura, la ciencia o el patrimonio, nuestro interés por su
protección y difusión. Nada podemos hacer por el tesoro que hemos
perdido en Río, pero podemos hacer mucho por el patrimonio que nos
toca conservar y promocionar: no sólo ni principalmente mirando al
gobierno, sino organizando nuestro tiempo y nuestro bolsillo.
¡me ha encantado tu reflexión!
ResponderEliminarNo sé trata de teorizar y postular a favor, hay que integrar hábitos en nuestro día a día que contribuyan a la puesta en valor de los museos y demás actividades culturales.
Me ha encantado tu mensaje de hoy, lo voy a linkear a un grupo de WhatsApp y a mi Blog. Un abrazo desde Algorta.
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