miércoles, 27 de junio de 2018

Resistencia judía ¿por qué tan tarde? Una cita con la Historia

Ayer tuvimos en FORUMDEUSTO la ocasión privilegiada de escuchar a Marian Turski, historiador superviviente del gueto de Łódźt y de Auschwitz y de dos marchas de la muerte, primero a Buchenwald y luego a Theresienstadt.


Habló, a sus 92 años (en muy envidiable forma física y mental), en inglés (una lengua que no es la suya), de pie, atento con solo unas breves notas sobre el atril (quizá ni un esquema de unas pocas frases, nada más) y cuatro breves párrafos de testimonios que quería leer. Con el turno de preguntas, el evento duró 2 horas en las que el ponente no perdió la concentración y el genio, la lucidez, la cercanía y hasta el humor de sus 92 años de sabiduría muy profunda.






Nos habló de la resistencia judía (especialmente el levantamiento de Varsovia) con el muy provocador título de ¿Por qué tan tarde? Para Turski estamos ante una pregunta fundamental, crucial: "¿por qué tan tarde?, ¿por qué tan tarde?" se preguntaba ayer insistentemente, como leitmotiv que aparecía una y otra vez a lo largo de la conferencia.






Algunas líneas de respuesta sobre las que reflexionó pueden ser:
- que la "solución final" no estuvo programada desde el principio, sino que fue creándose poco a poco y no fue una política de aniquilación total hasta mediados-finales del 41;
- la información que llegaba a los guetos era fragmentaria, confusa, contradictoria;
- no se quería creer, era imposible de creer;
- cierta mentalidad religiosa de sacrificarse si fuera necesario para asegurar la supervivencia del pueblo;
- la responsabilidad sobre ancianos, niños, enfermos que paralizaba a quien podría hacer algo;
- ausencia de armas y dificultad para obtenerlas incluso de los grupos no judíos resistentes a la ocupación;
- debilidad extrema provocada por el hambre y la malnutrición o desnutrición.


Vimos ayer desgranadas todas esas circunstancias en la voz de un historiador que ha estudiado el fenómeno durante 70 años y que además conoce la mentalidad, el clima, los debates, los miedos, las esperanzas, los sueños, los odios, las creencias de aquella gente de primera mano, puesto que él fue uno de ellos.


Ayer asistimos a algo muy especial. A una cita con la Historia, con mayúsculas: un privilegio.


Ayer fue su 92 cumpleaños, así que la conferencia terminó con una tarta, una vela encendida y cantándole primero en euskera y luego, por los cuatro o cinco capaces de hacerlo, en polaco.


Un recuerdo imborrable. Una gran experiencia.

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