domingo, 14 de febrero de 2016

Contenidos para la negociación de un pacto de gobierno

Hoy publico en los diarios del GRUPO NOTICIAS un artículo que relaciona la actualidad de la política interna con algunas ideas sobre la acción exterior del País Vasco y su relación con los organismos internacionales.

Espero que os parezca interesante.

Os cuelgo aquí la imagen y, por si osreulta más fácil para leer, copio abajo el texto.




Negociando un acuerdo de gobierno
 
Ahora que estamos en plenas negociaciones para constituir nuevo gobierno en Madrid, me pregunto qué negociaría yo, si fuera un partido vasco, nacionalista o no nacionalista, pero con vocación de participación vasca en los espacios internacionales. Me pregunto qué objetivos pondría sobre una mesa para conseguir avances importantes en la capacidad vasca de acción exterior.

No estoy hablando de objetivos que requirieran grandes cambios legislativos o constitucionales o que supusieran alteraciones en el estatus internacional de nuestro país. Estos cambios deben venir –o no venir- en su caso, por otra vía, por el acuerdo entre vascos primero, por el ejercicio de la bilateralidad con el estado después, y en todo caso con respeto a las normas vascas, españolas e internacionales, tanto en el fondo, como en el procedimiento.

Buscaría en cambio objetivos realistas, jurídicamente sencillos pero al tiempo políticamente ambiciosos. Buscaría primero garantías de respeto a las competencias vascas en materia de acción exterior, para blindarlas contra leyes que, como hemos visto recientemente, busquen limitarlas.

Buscaría después un par de hitos que marquen una diferencia de interlocución vasca en los organismos internacionales pero sin suponer cambios que, repito, no corresponden al ámbito de negociación que estamos considerando ahora.

Imagino para empezar una Comisión Vasca de la UNESCO que, con respeto a las competencias estatales y a la constitución de la UNESCO, pueda servir de vínculo directo entre este organismo internacional y la sociedad vasca y sus instituciones.

Recordemos que la UNESCO es la organización de las Naciones Unidas para la Educación, al Ciencia, la Cultura y la Información, y que muchos de los contenidos que trabaja este organismo corresponden a competencias propias: cultura, lengua, educación, espacios naturales, patrimonio… Recordemos que ha habido relaciones oficiales de la UNESCO con el Gobierno Vasco desde hace 20 años, desde tiempos del Lehendakari Ardanza.

Recordemos igualmente la importante tradición de colaboración civil vasca con este organismo (el Centro UNESCO cumple este año 25 años, pero se le pueden trazar antecedentes, con muy ilustres actores, hasta la propia constitución de la UNESCO) y recordemos la importante red de organizaciones vascas reconocidas, de una u otra forma, por la UNESCO y constituidas ya como Red Vasca de la UNESCO. Pienso que el trabajo de fondo está, de alguna manera, hecho.

Pensemos que Bélgica no tiene una comisión nacional para la UNESCO, sino dos, la flamenca y la francófona. Los canadienses tienen otro modelo, con una sola comisión nacional, pero varios representantes quebequenses en la delegación ante la UNESCO, con rango de consejero principal uno de ellos, que puede actuar como representante del país en ausencia del embajador. Es otro modelo.

No se trata de copiar el modelo belga o canadiense, sino de imaginar e inventar el propio, con respeto a las competencias constitucionales españolas, estatutarias vascas y a las normas de la UNESCO.

Imagino además, como segundo hito, una Institución Nacional Vasca de Derechos Humanos reconocida por la ONU como tal Institución Nacional de Derechos Humanos. Estas instituciones funcionan como enlaces entre la ONU y los distintos países para determinadas materias. En caso de acreditar determinados requisitos de independencia y de atribuciones y recursos (llamados Principios de París) estas instituciones son reconocidas por la ONU como Instituciones Nacionales de Derechos Humanos.

Normalmente hay una institución Nacional por estado, pero hay también otras fórmulas. Escocia e Irlanda del Norte tienen, por ejemplo, sendas comisiones nacionales con el máximo reconocimiento internacional y la máxima categoría ONU. ¿Porqué no una vasca?

Como decía son objetivos posibilistas pero ambiciosos. Son realistas porque su ejecución sería posible sin grandes cambios legales y con escrupuloso respeto a las competencias estatales y a las normas de los respectivos organismos internacionales. Son ambiciosos por que significarían un gran avance de la participación vasca en el ámbito del multilateralismo.

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